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domingo, 12 de julio de 2020

Post pandemia, la necesidad de fortalecer la educación rural en San Martín.



Por Marco A. Saldaña Hidalgo (*)







La educación en San Martín es fundamentalmente urbana. Según ESCALE 2019, El 77%  de la población escolar está en la zona urbana en tanto el  23%, en el ámbito rural. Sin embargo, la misma fuente revela que el 37,19% de las instituciones educativas está en el ámbito urbano y el 62,76% en el rural. Este contraste explica en cierto modo la falta de vacantes en los colegios públicos de las principales ciudades de la región en tiempos de matrícula escolar. Hay padres de familia, con arraigo en las comunidades rurales, que prefieren enviar a sus hijos o hijas  a estudiar en la ciudad porque consideran que en el pueblo la educación es deficiente. Una mirada a los resultados ECE 2019, en el ámbito rural, pareciera que les dieran la razón; por ejemplo, en el nivel primario, en el 2° grado, solo el 15.3% de los estudiantes comprende lo que lee, en el 4° grado, el 12%; en matemáticas, en el 2° grado,  el 11.3% logra resultados satisfactorios; en el 4° grado, 14.5%.  En Secundaria, en el 2° Año, solo el 2.0% de estudiantes comprende lo que lee; en tanto, el 3.9% logra resultados satisfactorios en matemática y el 5.3% de estudiantes logra el nivel satisfactorio en el área de Ciencia y Tecnología. A este panorama, se suma que la mayoría de instituciones educativas presenta deficiencias en la infraestructura y sin conexión a los servicios básicos de agua, desagüe, electricidad, conectividad, y equipamiento básico. 
Este panorama nos motiva a  definir estrategias para fortalecer la educación en el ámbito rural y urbano marginal en la Región San Martín.

Desde los actores educativos
El papel del gobierno local resulta clave para priorizar y gestionar la educación en el territorio, promoviendo mecanismos de articulación y coordinación con los distintivos niveles de gobierno y sectores a fin de mejorar la eficiencia y eficacia del servicio. Hay experiencias al respecto.  
La Dirección Regional de Educación y  UGEL, deben tener una mirada de que la acción educativa se lleva desde una comunidad donde hay una institución educativa, por tanto deben implementar mecanismos de acompañamiento y monitoreo a los docentes rurales, pero alentando la flexibilidad y creatividad en la adecuación de metodologías y recursos pertinentes con el entorno.

Los directores y docentes de las instituciones educativas deben asumir compromisos por transformar la práctica educativa desde la escuela y aprovechando los recursos que disponen (o las carencias) para generar aprendizajes pertinentes y de calidad. Esto exige ser críticos y autocríticos.
Los padres de familia y la comunidad, deben ejercer mayor vigilancia por la mejora de la calidad y comprometerse en lograr resultados en el tiempo. Esto implica priorizar la institución educativa de la comunidad para la formación del niño, niña o adolescente en edad escolar.
En ningún centro poblado debe dejar de existir el servicio de educación inicial y primaria, esto en respuesta a la universalización de la educación inicial y debe ir de la mano con el acompañamiento a la familia. Sorprende ver a niños de 3, 4 y 5 años que se desplazan al pueblo cercano para recibir sus clases. En algunos casos dejan en su comunidad para ir a otra que consideran mejor, en otros porque no existe.
Fortalecer los colegios secundarios de los centros poblados, capitales distritales y periféricos de las ciudades. Se trata de desconcentrar el servicio, pero para ello tenemos que hacerla atractiva y esto pasa por establecer compromisos entre los actores educativos. Se trata de reinventar  y renovar la escuela desde abajo, no al revés como hemos estado acostumbrados.

De los contenidos
Desde los contenidos, la educación rural debe priorizar el aprovechamiento y conservación de nuestros recursos naturales de manera sostenible, así como la recuperación de la tecnología tradicional. No desde un enfoque ambiental que alienta el ecoeficientismo (todo es posible usando la tecnología), sino respetando la naturaleza.

Equipamiento y servicios básicos
Las instituciones educativas rurales deben tener conectividad y acceso a las nuevas tecnologías, esto posibilitaría a los estudiantes recursos para aprender en interacción con sus pares de otros lugares, a través de proyectos colaborativos. Y debe ser reforzado con biblioteca escolar básica, con textos adecuadamente seleccionados.

Asimismo, contar con servicios básicos de agua, servicios higiénicos, desagüe que posibiliten la implementación de programas sobre las buenas prácticas en salud e higiene ambiental.
Finalmente, tenemos que rediseñar nuestro propio modelo educativo, sin calco ni copia (como sugiere Mariátegui),  sustentado en los valores ancestrales y sobre las fortalezas construir el país y la región que queremos.

 * Marco Saldaña Hidalgo es docente de la Institución Educativa Virgen Dolorosa, con estudios en Políticas Educativas y Desarrollo Regional, Gestión Pública, Innovación Pedagógica y Gestión de Centros Educativos

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