Por Groder Torres T.
Mi pueblo, Cuñumbuque, tierra ganadera. De colinas suaves, de pastos
verdes y dulce leche. Gente de mucho orgullo e imponente tradición quesera. En
sus 83 años como distrito una mirada a su pasado, presente y el futuro.
Dicen que Cuñumbuque en sus inicios ha sido una zona de caza y pesca de
los primeros pobladores de Lamas; y debe ser cierto sus características geográficas
lo delatan. Se ubica entre el río Mayo, imponente y caudaloso, y el
Shitariayacu, en tiempos pasados seguramente abundante, apacible y
transparente. Ahí, donde ambos se encuentran se asentó Cuñumbuque, en una pequeña
pampa llena de árboles de frutas silvestres, pequeñas lagunas y cochas; hábitat
de un sin número de aves, peces y animales silvestres para caza. Por eso los
antiguos pobladores de Lamas organizaban sus cacerías durante largas temporadas
hasta que prefirieron quedarse, nada faltaba para vivir bien.
El río Mayo ha sido la principal fuente de pesca y transporte. Por esta
razón su nombre deriva de una anécdota, de un incidente en sus aguas. Los
historiadores dicen que Cuñumbuque significa embarcación caliente o en llamas.
De la caza, la pesca y la recolección, sus pobladores han sabido adoptar
bien los cultivos y principalmente la ganadería vacuna cuyos inicios se remontan
a la década de los años 60. La ganadería llegó motivado por los programas del
estado y se quedaron para hacer el bien y para mal.
Para bien porque que desde hace mucho tiempo se constituye en la
principal actividad económica, hoy se crían al menos 2,500 cabezas de ganado y más
de 60 familias se dedican del procesamiento y comercialización de quesos. La actividad
genera aproximadamente S/.1,4 millones de ingresos al año lo que impulsa su
crecimiento.
Para mal porque la actividad ha tenido un efecto perverso sobre el medio
ambiente. Miles de hectáreas de bosques han sido sacrificados para poner
pastura traídas de Brasil, decenas de pequeñas quebradas y riachuelos
contaminados y extinguidas. Los paisajes de bosques verdes han sido cambiados a
pastos que están transformando la tierra fértil a semi áridos.
Ayer, 15.10.16, durante las celebraciones del 83 aniversario del
distrito, se ha realizado un conclave de ganaderos de la región San Martín para
reorganizar FONGAL (Fondo Ganadero de San Martín) que debe impulsar la
ganadería desde una perspectiva ambiental y apropiar tecnologías para su
sostenibilidad.
Cuñumbuque, no solo son los ganaderos, son también los pequeños
productores de cultivos de pan llevar, que han alimentado por décadas a la
ciudad cercana más grande, Tarapoto. Se han cultivado una variedad enorme de
cultivos y frutas. Lamentable que está siendo consumada por la ganadería y la
migración de su gente para ocuparse de los servicios.
La gente de Cuñumbuque tiene un elevado orgullo por sus orígenes,
tradiciones y actividad. Todavía no ha dejado de ser el típico pueblo familiar.
La mayoría es pariente por la amplia descendencia de los Trigozo, Ríos, Sánchez,
Tapullima, Lozano, Pashanase, Alegría, Sinarahua, Torres, Falcón, Mori, Areválo,
Ishuiza.
Siendo pequeño, sus barrios son selectos: La 28 de Julio, La Punta, El
Panteón, La Plaza, La Boca, La Bolognesi; cada barrio alberga a sus familias y
no se mezclan. Muy curioso porque tampoco ha habido conflictos por eso, más
bien mucha armonía.
En la década de los años 80 y 90, su gente ha sabido sobreponerse a la
violencia terrorista, las rondas campesinas han jugado un rol fundamental en la
pacificación. Hoy que visito mi pueblo, unos envejecidos ronderos aseguran las
actividades por la celebración de los 83 años de distrito.
Algunas otras cosas siguen igual, muchas han cambiado. Hoy me quedo aquí
porque tengo que correr a la feria agropecuaria, seguramente me toca tomarme un
caldo de gallina, quizás serán quesos o no sé.
...continuará...
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