por Marco A. Saldaña Hidalgo*
Y un día el maldito virus se
apoderó de nuestros sueños y esperanzas, manteniéndonos en vilo, congelados y
en cautiverio. Ahora que escribo estas líneas, los casos en San Martín
aumentaron exponencialmente y la desesperación cunde en las familias y,
particularmente, en la de los infectados. La demanda de oxígeno medicinal ha
crecido enormemente para pacientes en Unidad de Cuidados Intensivos (UCI). Y nuestro sistema de salud, desprovisto y sin
personal suficiente, ya no tiene capacidad de respuesta.
Llegamos a este extremo y en las
siguientes líneas expongo algunas de las razones que han hecho más crítica el
manejo de la emergencia por COVID-19 en la región San Martín.
La falta de previsión y de prevención
El 06 de marzo se confirma el primer
caso de Corona virus en el Perú y en San
Martín el 16 del mismo mes; en tanto, el 31 de marzo se produjo el primer
fallecimiento en Tarapoto de un paciente procedente de Moyobamba. Se escucharon
muchas voces, principalmente de médicos señalando las carencias y recomendando
las medidas a adoptar. Entonces se debió
haber tomado las medidas de previsión a fin de anticipar el riesgo de contagio
o detectar con antelación los peligros del virus. También se pudo adoptar
medidas de prevención, ya el riesgo estaba comprobado, con prontitud: plantas
de oxígeno, implementos de protección personal, recursos humanos, estrategias de
control en los principales focos de contagio.
El 15 de mayo, el GORESAM pública
una nota de prensa anunciando que San Martín es la primera región amazónica en
destinar recursos propios para enfrentar el COVID-19. ¿Para qué? Se dejó pasar
todo abril para aprobar modificaciones presupuestales y orientar el gasto para
atender la emergencia sanitaria. Al parecer no hubo una planificación que
pusiera en primer orden las prioridades para enfrentar la pandemia. El anuncio
sirvió para la tribuna y para alimentar el ego.
El sistema administrativo burocrático
Si bien se necesita justificar el
gasto, pero en una situación de emergencia se deben acortar plazos y abreviar procedimientos administrativos. Sin embargo,
en la práctica esto no ocurre y estamos lejos del concepto de la nueva gestión
pública centrada en los valores de la eficiencia, la eficacia y la
transparencia. Y las trabas burocráticas provienen, muchas veces, desde el gobierno
central. Imagínense que para aprobar el presupuesto de mantenimiento de las
plantas de oxígeno se requieren cumplir con una serie de procedimientos
administrativos, no hay criterio para responder oportunamente frente a las
situaciones de emergencia. Esto confirma también que la modernización del Estado
estuvo al servicio de un modelo económico sin rostro social.
Las iniciativas ciudadana
fueron tomadas como competencia
El 20 de mayo la iglesia
católica, en coordinación con la organización Manos Unidas inició la campaña
“Somos San Martín” cuya meta era recaudar un millón de soles para la compra de
una planta de producción de oxígeno medicinal, medicamentos y alimentos para
pacientes con COVID-19 y sus familiares. La iniciativa fue rescatable y
oportuna, sin embargo Pedro Bogarín lejos de apoyar el proyecto y promover la
participación ciudadana, y muy a su estilo, le restó importancia y anunció que comprarán plantas nuevas para el Hospital
de La Banda de Shilcayo, Moyobamba y Tocache y en Tarapoto realizarán el
mantenimiento de la planta existente. Además manifestó que el Hospital de
Tarapoto tiene suficiente oxígeno para garantizar el suministro por 45 a 60
días. Las declaraciones del gobernador regional, desde luego, generaron
complacencia en la ciudadanía que dejó de colaborar con el noble gesto de la
Iglesia Católica y Manos Unidas.
Hoy (ayer), al terminar la
tarde, las redes sociales se llenaron de anuncios desesperados de familiares pidiendo
con auxilio oxígeno medicinal para
tratar a sus pacientes que se encuentran con ventilación mecánica en la Unidad
de Cuidados Intensivos (UCI). La demanda de esta mezcla de gases ha crecido
enormemente, pues el suministro necesario es de cuatro balones de diez
centímetros cúbicos por paciente. Se registran ya los primeros fallecidos por
carencia de este elemental insumo, y nos queda implorar ¡oxígeno nuestro, dánoslo hoy, Señor!
1 comentarios:
Un buen post, las autoridades en su interés de darse los grandes salvadores mas que actuar y trabajar duro por estos días.
Me da mucha pena que quieran tapar el sol con un dedo.
Esperemos que salgamos todos juntos de esto y poner de nuestra parte no solo esperar a las autoridades, ellos nos dicen no salgamos por temas que no valgan la pena, bendiciones.
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