CUIDA LOS MONTES O SE PERDERAN LOS PLACERES

lunes, 22 de junio de 2009

LOS CONFLICTOS SOCIALES Y LAS LECCIONES PARA LA GOBERNABILIDAD DEMOCRÁTICA

Por: Marco Antonio Saldaña H.

Seguramente los políticos y más aún los aspirantes a gobernar su comuna, la región y el país están tomando nota de las lecciones que aportan los conflictos sociales en la actualidad. En las siguientes líneas intento ensayar algunas conclusiones.
Las protestas sociales son una expresión del descontento por alguna medida adoptada por los gobiernos de turno. Puede ser por una promesa no cumplida, atropello de los derechos sociales y laborales, ausencia de información/comunicación, un servicio público de muy mala calidad, actos de corrupción, marginación, entre otros motivos.

Hasta hace algún tiempo las protestas sociales han sido “controladas” con la presencia de “comisiones de alto nivel” y la instalación de mesas de diálogo para abordar los problemas en cuestión. Esta estrategia ha quedado desarticulada por ser infructuosa, dado que en la mayoría de las veces las comisiones no tenían poder de decisión
El tema Bagua y en concreto la huelga de los pueblos originarios de la selva peruana ha desbarato muchas argucias y ha generado la implementación de estrategias mucho más efectivas. Desde el comienzo exigieron ser escuchados y atendidos por una comisión que provenga desde el ejecutivo; es decir, el Presidente de la República o el Primer Ministro, otro actor no era aceptado. Segundo, depusieron su medida de fuerza con la solución en la mano. Estas medidas son aceptables en el sentido que la desconfianza en el país ha desbordado los límites.
Los hermanos nativos no solo aportaron firmeza en la solución de sus problemas, sino que (considerando las protestas del sur del país y de otros conflictos sociales que ocurren en los espacios locales y que mantienen en vilo la gobernabilidad), también aportaron las siguientes lecciones:

1. El pueblo peruano no tolera las actitudes soberbias y poco dialogantes de sus autoridades. Por tanto, se necesita gobernantes con alta sensibilidad social, con vocación democrática y actitud para dialogar con todos los sectores.

2. El pueblo peruano ya no cree en promesas y si las cree llegado el momento las convierte en exigencia. Por tanto, necesitamos gobernantes que cumplan con sus promesas y que ejecuten planes de desarrollo concordantes con las aspiraciones de la población y la protección del medio ambiente.

3. El pueblo peruano exige información, ajustadas a la verdad, sobre los actos de gobierno que aseguren la transparencia. Por tanto, necesitamos gobernantes honestos y que hagan de la gestión un asunto ético.

4. Necesitamos partidos políticos y liderazgos comprometidos con el desarrollo integral y sostenible del país, que trabajan sin mezquindad sino para asegurar la eficiencia en la gobernabilidad democrática, económica y social de las regiones y el país.

5. Necesitamos un empresariado peruano con alta responsabilidad social y ambiental que dialogue con la sociedad civil organizada y el Estado para contribuir al desarrollo sostenible del país.
6. Necesitamos de igual modo una ciudadanía responsable que participa en los espacios de decisiones públicas y asume un rol activo en la vigilancia social. Por tanto, las organizaciones sociales (también responsables) deben asumir una función educadora de la sociedad para facilitar el involucramiento de la ciudadanía en la vida democrática del país y asegurar también la elección de buenos representantes en las próximas elecciones municipales y regionales, congresales y presidenciales.

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