Por Marco Antonio Saldaña Hidalgo[1]
5. Es profesional preparado y hará una buena gestión.
La
Constitución Política del Perú, artículo 31°, establece que los ciudadanos tienen
el derecho de elegir y ser elegido, de acuerdo a las condiciones y
procedimientos determinados por ley orgánica. En esa línea en el país hemos
tenido autoridades elegidas mediante voto popular sin profesión específica. Se
les ha culpado de ineficientes, incapaces y responsables, en muchos casos, de los
problemas existentes. Así, ciudadanos de diversas profesiones, entre ellas,
abogados, economistas, arquitectos, ingenieros, contadores, médicos, profesores
ingresaron a esa auspiciosa carrera política con el lema “profesional preparado
para una buena gestión”. El resultado, las gestiones no solo continúan siendo
ineficientes sino profundizaron un mal indemne en el país desde los tiempos de
la república, la corrupción.
6.
Es
empresario y tiene plata, no entrará a robar.
La
poca eficacia de las gestiones y los indicios de corrupción en las gestiones
incorporaron en la vida política una creencia de que un empresario en política
tendría mejores resultados, como lo demuestran sus emprendimientos. Los
ciudadanos se hacían la ilusión de que al tener capacidad económica no tendrían
la necesidad de “tocar” los recursos públicos para fines personales. Tal es así
que muchos empresarios fueron elegidos gobernadores, alcaldes, congresistas y las
gestiones terminaron siendo ineficientes y con claros indicios de corrupción,
con honrosas excepciones también.
7.
Tiene
perfil técnico y sabe cómo funciona el sistema.
Surgieron los personajes de la política con perfil técnico que conocen de gestión y el funcionamiento de los sistemas administrativos del estado. Criticaron a los líderes sociales, sindicales y comunales a aquellos con perfil político y se promocionaron como técnicos (tecnócratas); así fueron elegidas tantas autoridades en el país, pero igual sucumbieron al problema de la corrupción. El conocimiento de los sistemas administrativos sirvió, en varios casos, para saber cómo sacar la vuelta al sistema para fines particulares.
8. Es independiente, no está con los partidos tradicionales
Está
claro que los partidos políticos en el país, denominados “tradicionales y
modernos” no supieron en su momento conciliar los intereses de un país
divergente, el surgimiento de grupos terroristas y la hiperinflación de la
década de los 80, terminaron por debilitar el sistema de partidos y con ella la
elección de Fujimori como Presidente del Perú, en 1990, con un partido nuevo
(Cambio 90) y el lema “Honradez, Tecnología y Trabajo”; desde entonces
surgieron los movimientos independientes en el ámbito, local, regional y
nacional con nombres propios y rimbombantes. La solución a los problemas del
país, estaba en “figuras” nuevas en política sin las taras de la vieja clase
política. Así, desde las Elecciones Municipales de 1993 y las posteriores
Regionales y Generales, tuvimos autoridades “independientes”, sin base social
que los sostenga o a quienes rendir cuenta.
¿Fueron la solución? No, por el contrario, se agudizaron las brechas
sociales, y la corrupción se ha institucionalizado, conduciéndonos a una
profunda crisis moral en el país, de la que nos cuesta salir.
[1] Profesor de Educación Secundaria,
con estudios en Políticas Educativas y Desarrollo Regional, Gestión Pública,
Gobernabilidad, Innovación Pedagógica y Gestión de Centros Educativos.
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